Un día me encontraba en mi selva de pronto sentí que me metieron en una cajita de cartón, todo quedo muy oscuro, pero tan oscuro, tan oscuro que parecía una cueva. Hay permanecí 2 días sin salir de esa cajita.
Después de tanto tiempo en la oscuridad, oía sonidos de muchos niños, seguidamente abrieron la cajita y me sentí feliz, pero… había un montón de ojos observándome, aquellos niños se reían pasándome de en mano y me di cuenta que era un regalo para un niño llamado Gabo, el me llamaba morrociyis, presentí que me había convertido en una mascota.
Cuando Gabo me puso en el suelo, aunque nosotros somos lentas salí corriendo a mi gran velocidad que era 2 Km. Por hora y un pie gigante se abalanzo apretándome contra el suelo, quien me pisó callo al piso, me di cuenta que era el papá de Gabo que salía del baño; corrí en esta nueva selva que era muy dura buscando matitas para alimentarme y tierra para esconderme que nunca encontré.
Después de un mes de comer lechuga simple todos los días, vi la puerta principal abierta y me lancé cayendo violentamente por unas escaleras que no sabia bajar, rodando un buen rato como una pelota por fin logre llegar, pasando este gran susto, me encontré frente a frente con unos colmillos que me ladraban, escondí mis patas y mi cabeza dentro de mi caparazón mientras me olía.
Media hora después me asome, aquel peludo animal dormía al lado mío, me escape sigilosamente, cruzando la avenida me encontré con un monstruo que se me venia encima, aquel monstruo tenia 2 ojos grandes y 4 ruedas negra.
Después continué mi búsqueda de la selva de la cual yo provengo, en mi camino encontré unos árboles gigantes muy raros que llegaban al cielo y no tenían ramas, se le observaban unos enormes ojos cuadrados por donde la gente se asomaba piso tras piso.
Seguí caminando y vi unas matitas verdes que me dio una gran alegría, grite¡ Por fin vi una hierbitas!!! Había una gran fuente de agua redonda, donde habían bancos en que se sentaban personas mayores y niños se divertían, hasta que finalmente comí de estas hierbitas y todas sabían igual(Grama)Aunque no era mi hogar me empezó a, agradar esta selva de concreto.
Después de varios días Gabo me encontró en la plaza y comprendió que yo me encontraba bien, aceptando que yo viviera ahí.
Desde ese día me convertí en el rey de la plaza, todos los niños venían a visitarme y tomarse fotos conmigo.
martes, 1 de mayo de 2007
AVENTURAS DE MORROCIYIS
Por: Gabriel Ernesto Bravo Fasanella
Mención de Honor en el Concurso Literario "Crónica sobre mi Mascota"
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