lunes, 3 de enero de 2011

El Rey Baltasar


Por: Lily Cuadra.
Poeta y escritora para niños peruana y amiga de Secretos del Taller.




Andrea, cavilaba si equipaba el nacimiento…


- No tengo ganas de colocar el pesebre. Si vinieran niños, vecinos, familiares, sería diferente. Y... Si el Niñito Dios se enoja conmigo por dejarlo envuelto en diarios hasta el próximo año? ¿Y si me muero antes de la próxima navidad? No, no, no. Esta mujer, que soy yo… mejor sacaré la caja, me remorderá la conciencia si no festejo con el Niño la navidad. Felizmente soy ordenada, y no será tan difícil. Manos a la obra y obra a las manos, jajaja que bueno que tengo fuerzas... Gracias Dios.

Niñito, soy una holgazana, toma besitos y perdóname.

Andrea empezó a poner cada cosa en su lugar, se dio cuenta que no estaba el burrito.

- Siempre envolví al burrito con la vaca, que raro, ya abrí todo… no, aquí hay otro paquete.

Andrea, abrió presurosa, grande fue su sorpresa, ¡¡otro nacimiento!! y completo, sólo que más pequeño, más fino, de apariencia antiguo. Muda de asombro seguía abriendo las envolturas, allí estaban los tres Reyes Magos… ¡los tres eran blancos! recién Andrea pronunció palabras…

- No, no puede ser posible, Baltasar, ahora mismo te embetuno la carita.

Fue a su armario sacó la cajita de betunes de zapatos, mezcló marrón con negro, cuidadosamente con un algodón pintó la cara y manos de Baltasar.

Puso los dos nacimientos juntos, contemplaba lo hermoso que había quedado, sólo le fastidiaba que el burrito no esté. Ya algo cansada, se acostó pensando en preguntar a sus hijos si ellos le habían dejado ese precioso nacimiento.

De pronto se aparece Baltasar, y le dice.

- Gracias Andrea, cuantos años de años tuve que esconderme, soy negro, pero el que me fabricó no quiso hacerme negro, y me mandó así a una tienda importante de Italia, no se dieron cuenta, y cuando me pusieron para adornar el belén, nos sacaron a los tres, al Niñito y sus padres. Nos refundieron en un cajón. Hace unos meses remataron todos los muebles de esa casa, los nuevos propietarios la demolerán y construirán un edificio. La caja donde estábamos nosotros junto con el Niño. La robo un negro, cuando llegó a su humilde casa y vio que yo era blanco se ofendió mucho, me envolvió y dejó la caja en la calle, hace años que vamos de mano en mano y todos nos arrojaron de su casa, hasta que por fin hace seis meses llegamos aquí ¿Cómo? Un emigrante japonés pagó todas las monedas que le quedaban en el bolsillo a un vendedor de baratijas, estaba feliz con nosotros, pero al ingresar a la frontera le dijeron: Ese paquete no puede pasar, son valores artísticos y necesitan un permiso. Quedamos en un rincón de la aduana por mucho tiempo, vinieron de la inspección y cuando me vieron, dijeron: Esto no tiene valor, no ven que el rey negro tiene la cara blanca.

Nos colocaron en un tacho de objetos reciclables…

- Pero como llegaron a mi casa?

- ¿Recuerdas cuando tocaron tu puerta pidiendo ropa usada? Y sacaste una bolsa y dijiste: Elijan lo que les sirva Y dejen para otra persona el resto de prendas. Pues esa gente saco ropa y metió la caja cubriéndola con el resto, no querían cargar con nosotros.

Regresaste la bolsa al depósito. Gaspar temeroso que nos vuelvan a echar, anduvo investigando que guardabas allí, hasta que encontró al burrito, nos pusimos a jugar con él, de pronto sentimos ruido, rápidamente nos metimos a tu armario en la caja de cosas de navidad, pero el burro, quiso ir a pasear, a lo mejor regresa, no lo se.

- Que maravillosa historia, Baltasar, casi no abrí la caja…

Al siguiente día, 24 de diciembre, Andrea al despertar se preguntaba si habría soñado. No, allí estaban los dos nacimientos, y Baltasar negrito con cara de feliz.

Llamó a casa de sus hijos, preguntó si ellos le habían dejado un nacimiento a guardar. La respuesta, negativa.

- Lo gracioso fue la cantidad de llamadas telefónicas, mis nietos entusiasmados, querían recibir al Niñito Jesús en casa de la abuela. Todos vinieron a recibir al Niño Dios cantando las típicas canciones. Los vecinos, amigos familiares, estoy convencida que el Niño Jesús hizo el milagro, le prometí que mientras viva, todos los años colocaría los dos nacimientos.

Absorta en mis pensamientos, era verdad lo de la ropa que me devolvieron, allí vino el Niño con los Reyes, yo pinte la cara de Baltasar, ellos pintaron mi vida de amor.

Queda una duda, ¿fue un sueño? o Baltasar me contó la historia...

mmmm nunca lo sabré, pero ente nosotros, un secreto amiguitos, Baltasar me dejó un regalo "La ilusión" cada año esperaré ansiosa diciembre, entre canciones al Niño, las luces adornando el árbol, entre nuestros corazones, siempre tendremos la Ilusión de un mundo mejor. Feliz Navidad amiguitos

El burrito, aún no regresa. Tal vez la próxima navidad.

1 comentario:

Marta del Plata dijo...

Gracias Omira, un lujo estar en tu blog "Secretos del Taller"
Un abrazo muy fuerte, van mis bendiciones con los mejores deseos de bienestar. Te esperamos en Perú, haces falta amiga preciosa.