Por: Omira Bellizzio
Cuando me llamas Princesa
tintinean acordes
perfectos a mi oido
y Bethoven
se hace eco del silencio
en un beso
apartado por los siglos
No tengo los cabellos dorados,
Ni los cabellos largos
como el cuento,
solo soy esa Princesa
que albergas en tus sueños
Mi caballero
es poeta,
guerrero de noches largas
y soles eternos,
sigue resistiendo a los dragones
de estos bosques
de concreto
De su corazón teñido de rojo
florecen besos primaverales
y versos somnolientos.
Cabalga hasta encontrarme
todas sus existencias
conjurando el tiempo...
Hasta alcanzar decirme:
mi princesa
a ti
siempre vuelvo
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