Por: César Mejía Lozano
Escritor y Poeta de Bambamarca, Perú.
Escritor y Poeta de Bambamarca, Perú.
Galardonado en el Concurso Nacional «Horacio Zeballos Gámez» Perú, 2009, género Poesía.
En su ir y venir Benito descubrió que las plantas son seres sensibles; sienten y se emocionan como un niño. Ahí está el viejo Roble: es un abuelo que se desparrama en historias sin fin. Los árboles se conectan con todo lo que les rodea, escuchan el canto de los pájaros, la música del viento, la lluvia y, por supuesto, las palabras de Benito.
Él aprendió a comunicarse con todos:
-Es fácil! - Explica - Sólo hay que poseer un poquito de ternura. Las plantas me escuchan - dice emocionado - Son seres con alma!
Y en verdad reaccionan al afecto que las rodea. Dentro de sí en lo más profundo de su ser, guardan su amor por la humanidad y Benito lo sabe.
El abuelo cuenta:
- Nuestros ancestros se comunicaban con las plantas y los animales en dialecto culle, así sabian lo que estaba por venir.
- Y qué pasó abuelo?
- Pues simplemente que el egoismo humano asesinó al dialogo. No más conversación! El hombre dividió al mundo.
Benito sabe que las plantas aprendieron a jugar mucho antes que el hombre; aprendieron a sonreir con el sol y a danzar con el viento.
Un manzano ha crecido en medio del monte, está feliz, bañado de sol y ofrece sus frutos a Benito; él las recoge con suavidad y piensa en su madre:
- Ha de estar preocupada mirando la fila!
Cuando lo ve aparecer, su corazón se alegra. es hermosa tiene todos los colores y aromas del bosque...
- Benitooooooooo! Benitooooooo! - la voz de la madre resuena en las peñas, es melodiosa y muy dulce, hace suspirar a Benito.
Mañana será otro día, para vivir o.... morir. Benito se marcha en silencio; cientos de miles, tal vez millones de ojos lo ven alejarse con melancolía. El bosque tiene otro semblante sin él.
*Relato del Texto Concierto Azul para la Vida (Alegato elemental para existir)
En su ir y venir Benito descubrió que las plantas son seres sensibles; sienten y se emocionan como un niño. Ahí está el viejo Roble: es un abuelo que se desparrama en historias sin fin. Los árboles se conectan con todo lo que les rodea, escuchan el canto de los pájaros, la música del viento, la lluvia y, por supuesto, las palabras de Benito.
Él aprendió a comunicarse con todos:
-Es fácil! - Explica - Sólo hay que poseer un poquito de ternura. Las plantas me escuchan - dice emocionado - Son seres con alma!
Y en verdad reaccionan al afecto que las rodea. Dentro de sí en lo más profundo de su ser, guardan su amor por la humanidad y Benito lo sabe.
El abuelo cuenta:
- Nuestros ancestros se comunicaban con las plantas y los animales en dialecto culle, así sabian lo que estaba por venir.
- Y qué pasó abuelo?
- Pues simplemente que el egoismo humano asesinó al dialogo. No más conversación! El hombre dividió al mundo.
Benito sabe que las plantas aprendieron a jugar mucho antes que el hombre; aprendieron a sonreir con el sol y a danzar con el viento.
Un manzano ha crecido en medio del monte, está feliz, bañado de sol y ofrece sus frutos a Benito; él las recoge con suavidad y piensa en su madre:
- Ha de estar preocupada mirando la fila!
Cuando lo ve aparecer, su corazón se alegra. es hermosa tiene todos los colores y aromas del bosque...
- Benitooooooooo! Benitooooooo! - la voz de la madre resuena en las peñas, es melodiosa y muy dulce, hace suspirar a Benito.
Mañana será otro día, para vivir o.... morir. Benito se marcha en silencio; cientos de miles, tal vez millones de ojos lo ven alejarse con melancolía. El bosque tiene otro semblante sin él.
*Relato del Texto Concierto Azul para la Vida (Alegato elemental para existir)
Imagen de la Web
2 comentarios:
GRACIAS OMIRA POR CONSIDERAR PARTE DE MI PRODUCCIÓN LITERARIA EN TU BLOGGER. QUE ES MUY VISITADO PORQUE ADEMÁS DE SER UN ESPACIO MUY HERMOSO Y AMPLIO, COMO LO ES TU CORAZÓN, NOS PERMITE SENTIRNOS SIEMPRE NIÑOS Y NO PERDER NUNCA LA ALEGRÍA DE VIVIR.
NOS REENCONTRAREMOS PRONTO EN BAMBAMARCA, PERÚ.
UN ABRAZO, CÉSAR
El planeta necesita de la sensibilidad del poeta César Mejía Lozano.
La relación de Benito con las plantas es un canto a la vida.
Para el querido poeta bambamarquino va nuestro abrazo.
CADELPO Venezuela
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