viernes, 1 de noviembre de 2024

Con infinito amor... palabras para Pequita

 

Querida Abuela…

            Me faltan palabras para expresar la vasta marea de emociones que tú partida me ha dejado.

            Me siento inconcluso, al saber que no puedo estar presente y acompañarte el día de hoy —  aunque haya sido por una vez más, después de tanto tiempo sin verte.

            Pero se que arriba bien alto surcando las nubes más blancas, tu estás tranquila lavándote con el sol y los colores, a la vez que los ángeles cantan en coro tu llegada. Y en ese lugar, se que vuelas en un cielo azul infinito, como el de tu canción favorita.

            Y así en el cielo como es en la tierra, te llevo conmigo, por que en mis venas corre tu sangre, así como la de mi bisabuela, mi abuelo amado, mi propio padre y mi propia madre.

            Esa sangre que va de generación en generación se mantiene vibrante incluso cuando no estés y en tu honor, con mucho orgullo, la celebro con cada paso que dé, cada dichoso respiro y cada victoria que vaya gozar a futuro.

            Sabiendo eso, me siento más tranquilo, pues te llevo conmigo de un lado para otro en el  corazón de mi genética.
            Juan Andres

            


Mi querida Pequita,

Inundada de dolor me quedo sin palabras, simplemente te escucho, escucho tus cumplidos y halagos cuando me decías -“mi estrella, te quiero ver brillar” y soy yo ahora la que te veo como una estrella fugaz, que se fue muy pronto, que se fue sin un ultimo abrazo, pero que nos dejo tantas memorias bellas de la grandiosa persona que eras.
Gracias porque llevo conmigo esas palabras que me motivan a cumplir mis sueños, a seguir adelante, en la esperanza. Estaba escrito en tu nombre llenarnos de fuerza a través de la alegría, a través del amor. Pequita era  alegre, carismática, cariñosa, inteligente, elegante, bochinchera, farandulera, divertida, hermosa por fuera y por dentro. (Igual que yo) Y si, lo digo a manera de chiste porque te gustaba bromear. Sin embargo, lo digo de corazón porque me siento en paz sabiendo que tu luz se refleja en mi y en la familia, se que esta despedida no nos separara, por que seguimos unidas en un vínculo de amor eterno. Porque ahora tu eres nuestra estrella desde el cielo cuidándonos e iluminándonos con tu brillo, para que desde aquí en la tierra podamos también brillar como estrellas.

Te amo infinito Pequita

 

Sofia




            Palabras para Pequita

                      Quiero que sepan que mi mami irradiaba color. Fue una mujer con una magia               deslumbrante, por donde pasaba dejaba una huella de amor, alegría y generosidad.

          Ustedes me pueden decir: - lo dice porque es su mamá, pero no, lo decía la gente cuando ella estaba viva. Mi mami no esperó a estar en el cielo para que las personas le demostraran su cariño y cuánto la gente disfrutaba su compañía.

          Siempre tuvo una mano amiga para con la familia, amigos y desconocidos. Como maestra y luego como Directora de su amado Preescolar fue amable y mantuvo empatía con sus colegas y padres. Con los niños era dulce y divertida. Y eso lo expresaba sin pena, bailaba, cantaba, nos hacía reír con un chiste o alguna ocurrencia. Y por otro lado, era una mujer elegante, con gracia, es decir, toda una dama, que por cierto, sabían que en una oportunidad se sentó en un evento con una condesa y charlaron de lo lindo?. Así era Pequita, tenía una personalidad vibrante.
          Ella fue mi maestra, me enseñó a leer, a bailar, a cantar, a contar un cuento, ella tenía el don de la palabra. Y gracias a ella de niña tuve mi biblioteca.

          Mamita te fuiste sin avisar, pero sabiendo el amor profundo e imperecedero que siento por ti. Gracias por ser un ejemplo a seguir para tus hijos y nietos. Seguiré siendo tu fans número 1 así como tú eras la mía. Gracias por animarme y cuidar de mí, disfruté muchísimo vivir cerquita de ti, solo un jardín nos separaba, pero la decision de emigrar, mantuvimos largos 7 años sin abrazarnos, pero desayunaba, almorzaba y cenaba llamándote. Veo mis manos y puedo decir que  no llegué a completar los diez dedos en días que no te llamé. Cuando enfermé y estuve en cama no te dije nada hasta saber que estaba a salvo y sin embargo, hablábamos porque tu voz era mi bálsamo como el de la abuela María con quien ahora estás. Te amo mamita, y sí me reconforta saber que mi última palabra contigo fue I love youuuuu, así será eternamente, todas las vidas, todos los tiempos y sus paradojas. Dios te recibe con alegría.

          Omira

        

 

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